Sueño, Ocho de cada diez argentinos tiene problemas para conciliar el sueño: desde ronquidos hasta terrores nocturnos, pasando por bruxismo o insomnio, los trastornos más comunes suelen asociarse al estrés y cambian la manera en que dormimos (si podemos), por lo que pueden afectar nuestra salud, seguridad y calidad de vida en general.
El síntoma más evidente para detectar este tipo de trastornos es el cansancio extremo durante el día debido a la falta de un buen descanso. Otras pautas de alerta pueden ser respiración irregular, aumento del movimiento durante la noche, la dificultad para conciliar el sueño o dormir de a intervalos.
Ronquidos u apneas de sueño
Los ronquidos y apneas del sueño son patrones anormales en la respiración, que pueden implicar una obstrucción que no deja pasar el aire, por lo que además de molesto puede ser peligroso. Dormir de costado, sobre un colchón firme y con una almohada adecuada, mantiene la columna alineada y permite que el aire entre y salga del cuerpo con mayor facilidad.
El Insomnio, es otro de los más frecuentes: afecta a más del 30% de la población adulta mundial y ese porcentaje supera el 60% en mujeres y personas de edad avanzada. Se trata de la dificultad para conciliar el sueño, a despertarse por la noche o despertarse antes de lo esperado frecuentemente. No debe confundirse con el jet lag, que es una condición puntualmente asociada a un viaje. El insomnio suele estar vinculado con el estrés, pero también puede ser síntoma de otros problemas, por lo que no debemos naturalizarlo. Contar con un colchón de calidad para fomentar el buen descanso, es el primer paso para mejorar la calidad del sueño, además de consultar con un médico.
En la fase opuesta, la Narcolepsia implica una somnolencia extrema durante el día que es conocida como hipersomnia, pero que incluye además la posibilidad de rendirse al sueño repentinamente en cualquier momento y lugar.
También en línea con los trastornos más asociados al estrés, el Bruxismo es el hábito inconsciente de apretar o rechinar los dientes, que trae dolores de cabeza, mandíbula y oídos. Suele suceder mientras dormimos, pero también podemos bruxar despiertos.
Síndrome de la piernas inquietas
El Síndrome de las Piernas Inquietas, en cambio, no tiene una causa clara: se trata de una sensación incómoda y dolorosa de hormigueo en el interior de las piernas con movimientos espontáneos e incontrolables.
También realizan movimientos y desplazamientos involuntarios e interacciones de modo semi inconsciente los sonámbulos, cuyo padecimiento suele ser hereditario o asociado a determinados medicamentos. Este trastorno puede incluir Terrores Nocturnos y pueden implicar gritos y agitación, aunque también se pueden padecer estos episodios de terror en el umbral del sueño sin ser sonámbulo.
Es claro que dormir bien es fundamental para llevar una vida saludable. Llevar una dieta equilibrada y practicar ejercicio físico de manera regular no sólo son los pilares de la buena salud, sino que además configuran un círculo virtuoso: la alimentación adecuada y el deporte son grandes aliados para el buen descanso. En cambio, la falta de sueño reparador puede derivar en obesidad, diabetes, depresión y enfermedades cardiovasculares, además de afectar la estabilidad emocional.
Es importante que al detectar estos comportamientos, consultemos con un especialista: es muy probable que lo primero que nos pregunte sea acerca de nuestros hábitos de descanso y sobre el entorno que generamos para promoverlo: tener un buen colchón y un espacio adecuado son el mejor punto de partida para tratar estos trastornos.
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Fuentes: