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Los sí y los no de la alimentación para lograr un buen descanso

Alimentacion Descanso Sensorial

En nuestro frenético mundo moderno, el sueño es un bien preciado que puede ponerse difícil de alcanzar. No sólo el estrés del trabajo, las preocupaciones familiares y la estimulación digital, son las únicas causantes del insomnio y el descanso interrumpido:  la calidad de nuestro sueño puede verse afectada también si no cuidamos adecuadamente nuestra alimentación. Como fabricantes de colchones de alta densidad estamos comprometidos con tu bienestar más allá de nuestros productos, por lo que queremos contribuir a mejorar la calidad de tu descanso con algunos sí y no de la alimentación.

Los Sí

La relación entre lo que comemos y el cómo dormimos es profunda y está comprobada: los nutrientes que consumimos tienen un impacto directo en nuestros patrones de sueño y en la calidad de nuestro descanso nocturno.

Una de las claves está en un aminoácido difícil de pronunciar: el triptófano. Esta sustancia es esencial para la producción de serotonina y actúa también como precursor de la melatonina, ambos reguladores directos del estado de ánimo y el ritmo circadiano, que regula el sueño y el apetito.

Los carbohidratos complejos, como los que se encuentran en granos enteros, legumbres, verduras y algunas frutas, son una fuente importante de energía para nuestro cuerpo y cerebro, pero también generan una gran sensación de saciedad, que ayuda a conciliar el sueño.

Otra ventaja de consumir una cena equilibrada que incluya carbohidratos complejos es que ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre y evitar los altibajos que pueden interferir con el sueño. Optá por alimentos como la quinoa, el arroz integral y las batatas para una cena satisfactoria que promueva un sueño reparador.

Mantenerse bien hidratado es importante para la salud en general, pero también puede influir en la calidad de tu sueño: no tener un nivel adecuado de hidratación también puede afectar negativamente tu sueño. Las infusiones de hierbas como la manzanilla, la tila o la melisa son relajantes naturales que calman los músculos y ayudan a reducir el estrés, por lo que también es recomendable incluirlos al final del día. Eso sí, ¡evitá tomar grandes cantidades de líquidos justo antes de acostarte para evitar despertarte durante la noche para ir al baño!

Leche, yogur, miel, banana, cerezas, kiwi, cereales integrales, carnes, huevos, batata, quinoa,

frutos secos, pochoclo, pescados ricos en omega-3, palta,

infusiones de hierbas (manzanilla, valeriana, lavanda, tilo, melisa, pasiflora, entre otras).

Los No

Es importante evitar los alimentos que contienen tiramina, otro aminoácido que realiza un esfuerzo distinto al triptófano, ya que se ocupa de la regulación de la presión arterial y la función del sistema nervioso central. Además, es un desencadenante habitual de las migrañas y también puede inhibir el sueño, ya que provoca la liberación de una hormona llamada norepinefrina que puede estimular el cerebro y retrasar el sueño.

Pero además de fijarnos en qué comemos, también debemos prestar atención a la calidad: todos hemos experimentado esa sensación incómoda de estar demasiado llenos antes de acostarnos. Las comidas pesadas y grasosas pueden dificultar la digestión y provocar acidez estomacal, lo que claramente puede interrumpir el sueño y provocar malestar durante la noche.

Evitar los excesos, cenar al menos dos o tres horas antes de acostarte y elegir alimentos ligeros y fáciles de digerir para evitar problemas durante la noche, son excelentes prácticas para favorecer el buen descanso.

La cafeína y el alcohol son dos enemigos clave para lograr un descanso profundo. Si bien la cafeína puede ser útil para mantenerte alerta durante el día, consumirla tarde en el día puede dificultar conciliar el sueño por la noche. De la misma manera, aunque el alcohol puede ayudarte a sentirte somnoliento inicialmente, suele interferir con tus patrones de sueño y hacer que te despiertes con más frecuencia durante la noche. Limitá su consumo, especialmente en las horas previas a acostarte, para maximizar la calidad de tu sueño.

Salsa de soja, té verde, chocolate, alcohol, café, picantes,

grandes cantidades de azúcar,  embutidos.

Al hacer elecciones alimenticias inteligentes y cuidar nuestra dieta, podemos promover un sueño más reparador y rejuvenecedor. Recordá que el sueño es una parte esencial de un estilo de vida saludable y que una alimentación adecuada es una herramienta poderosa para mejorar su calidad. Así que la próxima vez que te preguntes cómo mejorar tu sueño, recordá mirar también tu cena.

¡Dulces sueños y una buena noche para todos!

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